El axolote es una de las especies más sorprendentes del reino animal, dado que conserva dos características únicas de algunas especies, como la regeneración de extremidades, órganos y la apariencia de conservación de su estado larvario. Se le conoce como el pez que camina y es un animal sobre el cual existen muchas especulaciones, relatos mitológicos y algunas excentricidades, principalmente por su aspecto curioso y extraño. Es una especie anfibia endémica de México y solo se le encuentra en una zona llena de canales y riachuelos llamada Xochimilco, cercana a la Ciudad de México.
Posee un nombre extraño, y tiene un aspecto rarísimo. El axolote es un anfibio que, además, posee características únicas, que le dan una apariencia muy singular. Es un anfibio que tiene patas, y por esto se le conoce también como el pez que camina. Además posee branqueas sobre la cabeza y algunos rasgos de su estado larvario. Por encima de todo esto, el ajolote es también una especie rara, endémica, que solo puede encontrarse en una zona limitada de embalses, lagos y canales en el distrito de Xochimilco, un complejo lacustre a las afueras de Ciudad de México que también es desde hace décadas uno de los principales atractivos turísticos de la capital mexicana.
Para ser más precisos, el axolote es un anfibio, como una salamandra. Su nombre científico es Ambystoma mexicanum y el vocablo axolote (pronunciado ajolote) proviene de la lengua náhuatl, que significa «animal de agua». Su apariencia delata una condición llamada Neotenia, que es un fenómeno natural en algunas especies, en las que persisten características larvarias, aún habiendo alcanzado la madurez. Por tanto, conserva su aleta dorsal de renacuajo que recorre casi todo su cuerpo, y posee sus branquias externas, que sobresalen de la parte trasera de su ancha cabeza en forma de plumas.
Los ajolotes suelen ser de un color negro o marrón moteado aunque también existe como albino y blanco. Su apariencia básica es la de un renacuajo gigante, con patas y cola. Sus ojos son pequeños y sin párpados. Su característica más distintiva son los tres pares de branquias externas que salen hacia atrás en la base de su cabeza. A la altura de sus branquias, en el dorso, tiene una membrana rígida que lo abarca hasta su cola formando una aleta. Sus patas tienen dedos finos y puntiagudos, cuatro en las patas anteriores y cinco en las posteriores. Llega a medir en promedio unos 27.5 cm de largo.
El ajolote es una especie amenazada y está en la lista de especies en peligro crítico por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Entre las varias causas por las que el ajolote está al borde de desaparecer, al menos en estado silvestre, están la reducción y contaminación de los cuerpos de agua en que habita, la sobreexplotación de la especie (ya que es consumido como alimento y usado como remedio tradicional para diversos males), la introducción de especies de peces exóticas en su hábitat y las enfermedades, como la provocada por el hongo Batrachochytrium dendrobatidis.
La sorprendente capacidad del Ajolote
El ajolote es casi una salamandra que no llega a serlo. Además, es el único animal que tiene la capacidad de reproducirse en su estado larvario. Acá algunas de sus características más sorprendentes:
- Si pierde un miembro, es capaz de regenerarlo.
- Son de carácter tranquilo y pasivo, excepto cuando se alimentan, pueden morderse los unos a los otros e incluso amputarse partes del cuerpo.
- Es carnívoro, en ocasiones puede satisfacer su apetito con otros ajolotes.
- Se alimenta de pequeños peces, alevines y acociles.
- Para encontrar su alimento se guía por su sentido del olfato. Al capturar su presa, la absorbe hacia su estómago.
- Es casi inactivo en el lecho del lago durante el día y sale esporádicamente a la superficie del agua para respirar. Al anochecer sale de su letargo y va en busca de alimento.
- Es un animal longevo. Alcanza hasta los 15 años.